Durante estas semanas, en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira hemos acogido el proceso creativo de tres artistas internacionales. Gigliola Zecchin, Graciela Cassel y Marty St. James han tomado como punto de partida el arte de Altamira para realizar sus obras en vivo e invitar a los visitantes a participar en las mismas.
Artistas en el País de Altamira es una colaboración del Museo de Altamira y la residencia de artistas que dirigen Andrea Juan y Gabriel Penedo de SM Pro Art Circle, con sede en Tagle, Cantabria.
El entorno que rodea la #CuevaDeAltamira ha inspirado al ser humano desde hace 40 000 años, y los grupos de cazadores-recolectores que lo habitaron nos legaron el primer Arte de la Humanidad.
Este arte quedo en el olvido durante miles de años, pero desde su descubrimiento muchos artistas de diferentes disciplinas han encontrado en el arte de #Altamira un referente para sus obras. Por ello el Museo de Altamira explora desde hace años estas creaciones artísticas, pasadas y presentes, que nos ofrecen otra mirada al Primer Arte.
Acompañada de bastidor, aguja y otros elementos con los que bordar la historia, Gigliola Zecchin ha regalado a los visitantes breves relatos sobre el origen del gran relato del arte. Altamira guarda en su imponente lenguaje un secreto no revelado. Los bisontes polícromos, los caballos rojos, los signos indescifrables hablan de un pensamiento antiguo que nos precede. Y nos abre la gran pregunta, ¿por qué lo hicieron?
Así el proyecto de la artista busca sentido en esa belleza, jugando con la invención de textos breves, que ilustra bordando papeles y telas.
Por su parte, Graciela Cassel ha acogido a los visitantes en su Oráculo. La artista se basa para ello en esta idea de lugar sagrado que posiblemente nuestros ancestros han utilizado para soñar, pedir deseos e imaginar el mañana.
En el Oráculo del Museo de Altamira, Gabriela Cassel ha invitado a los visitantes a compartir sus deseos, sus esperanzas. Es una translocación en el tiempo y espacio en el cual los visitantes después de conectarse con sus ancestros en Altamira pueden expresas su deseos en relación al futuro. Sus voces grabadas en este entorno han ofrecido más de cien deseos llenos de esperanza para todo el mundo.
Finalmente, Marty St. James es un artista de performance. Durante su residencia en Altamira he explorado las pinturas de nuestros antepasados, los artefactos arqueológicos y la figura humana. Se ha interesado por las nociones relativas al tiempo: el movimiento humano, los elementos estáticos y secuenciales, las acciones escénicas, los viajes y la temporalidad. Este estudio se ha traducido en una serie de obras fotográficas digitales y dibujos hechos a mano.
#ArtistasEnElPaísDeAltamira
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