Algunos dicen que morí de pena
de veras no me acuerdo /sé que había
una nube blanquísima en el cielo
y un ave errante que dejaba huellas
y me parece que eran de alegría
otros sostienen que morí de gozo
yo tampoco me acuerdo /se que había
un jilguero encantado con su canto
y un sauce que evaluava con la lluvia
su cotejo de lágrimas prolijas
sí recuerdo que había conocidos
gente expansiva ufana como pocas
hblaban del mercado de valores
de arte culinaria / de informática
de fútbol / de tabernas /de amnistías
de pronto llegó un soplo de silencio
todo quedó en un coro de callados
se miraron perplejos porque en medio
de aquella vanagloria de la nada
una muchacha pronunció mi nombre.
Uno se despide insensiblemente de pequeñas cosas,
lo mismo que un árbol que en tiempo de otoño se queda sin hojas.
Al fin la tristeza es la muerte lenta de las simples cosas,
esas cosas simples que quedan doliendo en el corazón.
Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida,
y entonces comprende como están de ausentes las cosas queridas.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.
Demórate aquí, en la luz mayor de este mediodía,
donde encontrarás con el pan al sol la mesa tendida.
Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso,
que el amor es simple, y a las cosas simples las devora el tiempo.
Негізгі бет Autoepitafio (Mario Benedetti) - Canción de las simples cosas (Martirio)
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