Existe un lugar en Gran Canaria de lagos azules, verdes colinas, prados floridos y refrescantes riachuelos. Está lejos, muy lejos... ;)
Muchas gracias a Baler@Wikiloc por diseñar y publicar esta magnífica ruta. Todos los detalles de la misma, incluyendo el track, los tienen en su página de Wikiloc "Barranco de Mascuervo. Las Palmas de GC. GRAN CANARIA" (es.wikiloc.com...)
Tenemos rincones bellísimos en la puerta de casa y, como era mi caso con el Barranco de Mascuervo, totalmente desconocidos. Visitamos el barranco en invierno y tras lluvias recientes, teniendo la suerte de disfrutar del espectáculo del agua fluyendo por su cauce. No obstante, visto lo visto, me da la impresión de que el barranco es igualmente bello en otras épocas del año.
Partimos del barrio de El Román, localidad que toma el nombre del apellido del primer propietario de estas tierras a finales del siglo XVIII. Comenzamos ascendiendo por una pista de tierra/sendero (S-13), a tramos empedrado, que discurre por la ladera norte del Barranco de Mascuervo y que ya recorrimos el pasado año en nuestra ruta de Tamaraceite a Teror. A medida que subimos podemos disfrutar del azul del cielo reflejado en las balsas, auténticos lagos, al pie de la ladera y del bello cauce del barranco. Casca el sol de la tarde y se agradecen las escasas sombras en este tramo del camino proporcionadas por bellos ejemplares de eucaplipto y olivo.
Llegados a lo alto de la ladera, y tras atravesar un hermoso prado de piteras, tabaibas y verdes cardos exhibiendo con orgullo sus preciosas flores rosadas, nos acercamos al borde del barranco donde visitamos las ruinas de una casa que, entre los eucaliptos y tuneras y a contraluz del sol de la tarde, componen una de las primeras estampas memorables de la tarde.
Comenzamos la bajada al cauce con unas impresionantes vistas del Barranco del Laurelar, siguiente nombre que toma el Mascuervo en su ascenso a la cumbre, y que la calima no consiguió ocultar. El descenso es relativamente rápido por un cómodo sendero claramente marcado entre la frondosa hierba. Poco antes de llegar al cauce atravesamos verdes praderas junto al Tanque del Río cuya belleza se realza de manera sublime al contraluz del sol vespertino. Y tenemos nuestro primer contacto con el agua...
Nos recibe una preciosa cascada entre rocas tapizadas de añejo musgo y cuya agua corre presurosa hacia riachuelo del cauce. No, no esperaba encontrar agua corriendo por el cauce y, desde luego, no esperaba encontrar más agua que la que encontró Baler en su ruta anterior por la zona. La sorpresa fue mayúscula. Indescriptible la vista del riachuelo enmarcado por las verdes paredes del barranco en el entorno del exhuberante cauce del Mascuervo. Ni hablar del relajante sonido del agua fluyendo bulliciosa entre las rocas.
Caminamos unos metros barranco arriba y el panorama no deja de mejorar. Llegamos a otra pequeña cascada que vierte sus aguas sobre un gran charco que refleja maravillosamente los eucaliptos a su alrededor. A diferencia de lo visto este año en los barrancos del sur, la piedras tapizadas de musgo y líquenes surgiendo del manto rabiosamente verde del entorno le dan un encanto especial a este riachuelo. Un toque antiguo. Épico.
Damos la vuelta y emprendemos el descenso por el propio cauce. Las escenas bucólicas junto al agua no paran de sucederse al tiempo que nos vamos quedando cortos en epítetos y mientras el riachuelo y el sendero se enzarzan en una batalla para encontrar el mejor camino entre el manto verde y los árboles. En pocos sitios siente uno tanto placer al intentar buscar el sitio adecuado para poder continuar nuestra ruta sin, literalmente, meter la pata.
Continuamos nuestro camino pasando junto a unas cuevas de paredes de color rojizo y seguimos sorteando el riachuelo. En algunos tramos el agua ralentiza su paso formando charcos que ocupan casi todo el cauce. El barranco no nos lo pone fácil pero conseguimos avanzar saltito a saltito. Por contra. En otros tramos el riachuelo parece esconderse para resurgir con más fuerza si cabe barranco abajo. Memorable el tramo en el que el agua sortea el pequeño bosque de eucaliptos.
Volvemos a reencontrarnos con los prados de cardos en flor y poco después tomamos el sendero que, a nuestro pesar, nos "arranca" del cauce, nos aupa lentamente por la ladera norte del barranco y nos conecta con una pista de tierra que nos devuelve a El Román. Aprovechamos esta cómoda y privilegiada atalaya para admirar, con relativa cercanía, Mascuervo y sus balsas, ahora de color dorado reflejando los últimos rayos del sol de una tarde memorable.
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Music: "Unconditionally" by Broken Elegance (CC BY 3.0)
/ brokenelegance
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Негізгі бет Bco. de MASCUERVO (marzo 2021)
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