"Por San Pedro, el trigo castellano,
segador quiere con la hoz en la mano".
Por D. Antonio Castro Voces
Licenciado en Xeografía e Historia.
Membro de Mérito do Instituto Estudios Valdeorreses.
Decía Lucas Labrada, a principios del siglo XIX, que "Valdeorras era una tierra que pasaba más hambre que sed puesto que era más abundante la producción de vino que la del cereal". Pero ambas cosas, constituían los elementos básicos en los que se sustentaba la economía familiar de los siglos XVIII, XIX y buena parte del XX de esta comarca.
El cereal, en sus tres vertientes - centeno, trigo y cebada, junto con las castañas eran el complemento básico de la dieta alimenticia valdeorresa. El pan - trigo o centeno - y la cebada, como forraje o como pienso para el ganado, eran componentes habituales en la alimentación. Basado en estos mismos componentes, González García elaboró el siguiente menú básico para el siglo XVIII y que estaría formado por: "Copa de aguardiente con pan de trigo mezclado de centeno", para empezar el día. Al mediodía "caldo de berzas sin patatas, con carne de cerdo, chorizo o tocino; algún pescado frito en aceite sin mucho refino y alguna fruta del tiempo, sí era tiempo de ella, de lo contrario frutos secos. Todo regado con el vino de la tierra". Y por la noche "castañas cocidas casi todo el año, o un potaje de habas. Miel en las enfermedades y para fabricar los dulces de los días de fiesta".
Entonces, aquellos multifacéticos jornaleros valdeorreses, que igual tiraban de azada todo el día que iban a una cantera a machacar piedra o a una mina profunda a sacar el mineral, allí a mediados del mes de junio, se juntaban en "cuadrillas", con un número de componentes variado según las necesidades, aunque lo habitual eran 3, 5 o 7 miembros y bien pertrechados con un saco grande o una maleta de madera, en ristre, donde llevaban lo necesario para su estancia en tierras castellanas "ropa, hilo y agujas, jabón, comida para el viaje y 2 o 3 hoces de repuesto", cargados de fuerza e ilusión, salían rumbo a Castilla, para hacer la temporada de la siega entre 40 y 50 días y regresar, a primeros de Agosto, con unas bien merecidas 2.000 o 3.000 pts., en el bolsillo que venían al pelo para tapar algún que otro agujero, para reponer parte del vestuario habitual en los "Almacenes Arias" o en los de "Castrois" en el Barco o para abastecerse de aceite, petróleo, pan y otros productos de primera necesidad en los almacenes "del Sr. Telesforo", también en el Barco.
El verano estaba a punto de finalizar, las fiestas del Cristo llamaban a las puertas, eran tiempos de lucir las mejores galas -- que en ocasión era un simple pantalón de mahón y una camisa a cuadros-, la vendimia se les echaba encima, las castañas pronto iban madurar y la matanza del cerdo no estaba lejos. Eran tiempos de cierta abundancia, una economía de complemento indispensable para pasar mejor el invierno.
Pero para traer aquellas 2.000 pts., antes había que pasar "las de Caín", en tierras castellanas. Llenos de ilusión, juventud y ganas de trabajar, los valdeorreses salían en tres direcciones: Hacia la Castilla profunda; hacia las áreas centrales de la Comunidad de Castilla-León; tierras ricas en el monocultivo del cereal, como la provincia de Avila y la comarca de La Moraña - Bercial de Zapardiel, Madrigal de las Altas Torres, Barromán, Horcajo de las Torres, Mamblas, Moraleja de Matacabras, Rasueros y Esteban de Zapardiel; tierras de marcado carácter histórico en la zona de Arévalo -Montuenga, Villanueva del Aceral, Cabeza de Alambre, Constanzana, etc. -; tierras plomizas y uniformes donde tan sólo se dominan mares de trigo; tierras de la provincia de Valladolid en la comarca de Medina del Campo - Velascalvaro, Cervillego de la Cruz,Bobadilla del Campo, El Campillo, Rubí de Bracamonde, Ataquines, Lomoviejo, Gomeznarros, Brahojos, etc.[...]
Негізгі бет BERCIAL Y MAMBLAS 2001. "Segadores GALLEGOS en Castilla, esclavos de sol a sol". (HD)
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