Desde San Diego hasta Tijuana se puede cruzar en carro o a pie. Siguiendo las recomendaciones de algunos conocidos, decidimos cruzar a pie y dejamos el carro en un parqueadero, a un par de cuadras del cruce fronterizo, donde nos cobraron 18 dólares por día (fin de semana).
Decidimos cruzar a pie porque nos dijeron que, la mayoría de los días, el cruce en carro para regresar desde Tijuana a Estados Unidos es más lento.
Cruzamos por el puerto de entrada de Otay.
Al cruzar ves alguna gente pasando y lo primero que me sorprendió es que nunca vimos ningún oficial de migración mexicano. No nos pidieron ningún tipo de documento ni nos pusieron ningún sello en el pasaporte. Pasamos, como dice el dicho, como “Pedro por su casa”.
Diariamente miles de personas cruzan esta Frontera, ya sea porque trabajan en los Estados Unidos y viven en México o porque viven en California y van a comprar algunos víveres y abarrotes a Tijuana, buscando mejores precios.
Al llegar ves una estación de taxis, pero vimos que son un poco costosos, así que preferimos tomar un Uber. La diferencia entre San Diego y Tijuana es abismal y me recordó cualquier ciudad de nuestra Latinoamérica. Incluso, al pasar, se me vinieron a la mente algunas imágenes barrios de clase media de mi natal Barranquilla, Colombia.
No habíamos desayunado y el primer lugar al que fuimos fue un restaurante que se llama “La Diferencia”, por recomendación de un local.
La dirección del restaurante te la dejo en pantalla y en él encontrarás los mejores platillos de la gastronomía mexicana.
Cabe anotar que el restaurante me pareció exquisito y le doy 10 estrellas.
Mi siguiente parada fue el Mercado Hidalgo, en donde encontrarás cientos de locales con deliciosas frutas, camarones, quesos, chiles y todo lo que puedas imaginar de la gastronomía mexicana.
Miles de personas cruzan la frontera a comprar productos e incluso medicinas mexicanas, que no se pueden conseguir en los Estados Unidos o a mejores precios que los que hay en California. Sin embargo, te cuento que Tijuana no me pareció para nada barato. Era de suponerse por ser, precisamente, la frontera con Estados Unidos.
De allí, fuimos a las playas de Tijuana, donde podrás ver muy de cerca la reja o el muro que separa ambos países.
Unos pocos metros separan a Estados Unidos de nuestra Latinoamérica y se empiezan a sentir emociones muy interesantes.
Las playas de Tijuana no son muy bonitas. Debo confesar que esperaba algo más. En este punto, me sorprendió que no vi muchos americanos en nuestra aventura. Pensé que, por ser la frontera, estaría llena de gringos visitando México.
Después de nuestra visita, una persona que conoce muy bien Tijuana nos dijo que la ciudad era un poco peligrosa y que los destinos más visitados, por algunos americanos, después de cruzar la frontera, son Rosarito y Ensenadas. Un poquito más lejos de Tijuana.
Luego nos fuimos a la Avenida Revolución, donde podrás encontrar una buena cantidad de almacenes, cafeterías y restaurantes.
Un local nos indicó cuales eran las zonas más seguras para transitar, pues hay algunos puntos en donde tue puedes topar con venta de sustancias ilícitas y mujeres ejerciendo el oficio más antiguo de la humanidad.
El día de nuestra visita había una especie de feria para promover destinos turísticos, tanto en México como en Estados Unidos.
Desde allí, recorrimos un poco más el centro de Tijuana, vimos algunos mercadillos interesantes y tuvimos la oportunidad de conocer el Santuario de la Virgen de Guadalupe de Tijuana.
¿Sabías que la Ensalada César nació en Tijuana?
Fuimos a un restaurante que se autodenomina como la casa de la famosa ensalada César. Su nombre es precisamente Caesar’s.
Al llegar, te confieso que pensé que era una de esas trampas para turistas, pero vi cientos de buenas reseñas en Internet y, en su totalidad, concordaban con la historia que sostiene que aquí nació la Ensalada César.
El restaurante me pareció bueno, pero bastante costoso. Una ensalada César, que consta literalmente de 3 hojas de lechuga, cuesta 10 dólares.
En general, reitero que Tijuana me pareció costosa: la comida, los Ubers…todo en general.
Finalmente, ya al anochecer, retomamos la ruta hacía San Diego y volvimos a cruzar la frontera, pero esta vez hacia los Estados Unidos.
Había una cola larguísima y esta duró aproximadamente 2 horas.
Tuve la oportunidad de conocer una persona que me contó que cruza todos los días esta frontera, pues trabaja en San Diego y vive en Tijuana, como miles de personas.
Cabe anotar que la única manera de evitar esta fila es pagando un servicio de seguridad especial que se llama Sentry (antes se le conocía como Global Entry) y cuesta 155 dólares por 5 años.
Mientras haces la fila te encontrarás mucho cantantes, raperos y músicos en general.
No pude grabar la entrevista con el oficial de migración, pues no es permitido, pero únicamente me pidió mi visa y me autorizó el ingreso al país sin preguntarme absolutamente nada.
Негізгі бет ¿Cómo CRUZAR la FRONTERA hacia TIJUANA?
Пікірлер: 17