En este viaje lanzaroteño nos va a acompañar el grupo tinerfeño Los Sabandeños, con su aire popular canario.
Vamos a realizar un recorrido por el sur de Lanzarote, la isla más septentrional y oriental del archipiélago canario, por territorios de Playa Blanca, una localidad turística perteneciente al municipio de Yaiza, una de las zonas más cálidas de la isla.
Poco o casi nada queda de lo que originariamente fue Playa Blanca, un pequeño pueblo de pescadores, un lugar conocido por su puesto como puerto de partida de ferries hacia Fuerteventura. Playa Blanca ha crecido muy rápido en los últimos años, ofreciéndonos actualmente un paisaje totalmente turístico, con un amplísimo caserío blanco que contrasta con las tonalidades oscuras de esta isla volcánica.
Un largo y bello paseo marítimo (Avenida Marítima) articula todo el complejo turístico. Circula siempre acompañado del bravo mar y de un casi interminable roquedo, ofreciéndonos unas impresionantes vistas y todo un amplio repertorio de hoteles, bungalows, apartamentos, villas, bares, tiendas, restaurantes, etc. Y algunas preciosas playas, como por ejemplo Playa Flamingo, la cual hemos elegido en estas imágenes. Precisamente su arena fina y blanca da nombre a la localidad turística.
En el extremo occidental de Playa Blanca se encuentra Playa Flamingo, una pequeña playa artificial, tipo cala, de unos 200 metros de larga por unos 20 metros de ancho medio. Protegida del fuerte oleaje del mar abierto por dos robustos espigones de enormes cubos de hormigón, esta playa nos presenta un debilísimo oleaje donde sus aguas turquesas y poco profundas son ideales para darse un baño relajado, sobre todo para los más pequeños. Dispone de una zona delimitada para que incursiones submarinas puedan descubrir la riqueza íctica del lugar.
Justo al lado de esta playa, protegida y embellecida por palmeras, nos encontramos con un mirador en el cual los restos de una construcción, que bien podría ser de un búnker o de alguna pequeña torre de vigilancia, aparecen rodeados de fuertes cadenas de protección. Y adornando a las mismas, multitud de candados, mayoritariamente rojos, son símbolos de parejas que allí sellan su amor.
¿Qué tiene esta isla que tanto enamora? Teniendo en cuenta el destino precioso y romántico de la isla, y que, como dijo John Paul Young: “Love Is In The Air (El amor está en el aire)”, el resultado es la proliferación de los candados de parejas que han decidido simbolizar su unión y con la esperanza de que permanezca para siempre. Una vez más, la orilla del mar siendo testigo de tantas escenas románticas.
Y amanece, con un cielo cargado de nubes y un tímido sol que quiere asomar entre negras montañas.
Hacemos un recorrido por la línea costera de aguas turquesas donde el fiel roquedo no abandona el contacto con las saladas aguas oceánicas. Mientras, por poniente, observamos la Punta de Pechiguera con su imponente faro, al cual le dedicamos recientemente algunas imágenes y algunos párrafos. Aún más en la lejanía, en este caso por el sur, se aprecia difuminada la figura de la vecina isla de Fuerteventura.
Una tenue luz, distinta a la que estamos acostumbrados por estos rincones andaluces (será por la situación geográfica en cuanto a longitud y latitud), con tonalidades anaranjadas entre montañas negras, nos descubre un paisaje casi hawaiano, con las siluetas de palmeras paradisíacas que cimbrean al son del fuerte viento reinante.
Donde existía un edificio defensivo, que olía a guerra, destrucción y muerte, hoy hay candados que simbolizan unión, amor y, probablemente, futuras vidas… qué cosas.
Nota: Imágenes y vídeo del canal han podido ser cedidos por amigos y colaboradores siempre sin ánimo de lucro.
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