Los orígenes de la ceremonia del descendimiento, cada Viernes Santo, de la imagen de Cristo hay que situarlo en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén en la Edad Media; al igual que con el viacrucis, este acto piadoso fue difundido por todo el mundo por los custodios de los Santos Lugares, los Franciscanos. En España comenzó a celebrarse en muchos lugares, contando con gran arraigo, hasta que el rey Carlos III prohibió estas manifestaciones, consideradas obsoletas por la Ilustración (finales del siglo XVIII), aunque en algunas ciudades y pueblos donde tenía especial arraigo siguió celebrándose hasta la actualidad.
En Cantillana, tenemos constancia de su celebración desde 1583. El documento más antiguo de la Hermandad de la Soledad, el contrato de sus imágenes, ya deja constancia que el propio Cristo se encarga expresamente articulado, para representar el descendimiento y el entierro tal como hacían las cofradías soleanas más antiguas del Reino de Sevilla entre las cuales tiene un lugar destacado nuestra Hermandad. Contó con una fuerte tradición en siglos pasados, sobreviviendo a comienzos del siglo XVII a la prohibición del Cardenal Niño de Guevara sobre estos ritos en la Diócesis de Sevilla.
Durante este sermón, se rememora litúrgica y teatralmente el Calvario, el descendimiento y traslado al Sepulcro de Nuestro Señor, teniendo como protagonista de esta escenografía sagrada a la imagen del Santo Cristo del Sepulcro, que es desenclavada por los Santos Varones, descendida y una vez presentada ante la Santísima Virgen de la Soledad, se procede al lavatorio, a la unción con ungüentos y a la mortaja. Finalmente es trasladada en solemne procesión claustral hasta el Sepulcro.
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Негізгі бет Cantillana. Sermón del Descendimiento, 2022.
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