“Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.” 1 Tesalonicenses 5:6.
Qué tristes consecuencias ha acarreado el pecado. Este hermoso mundo nuestro fue una vez un templo glorioso, y cada uno de sus pilares reflejaba la bondad de Dios, y cada una de sus partes era un símbolo del bien, pero el pecado ha corrompido y ha viciado todas las metáforas y las figuras que se puedan desentrañar de la tierra. Ha descompuesto de tal manera la divina economía de la naturaleza, que esas cosas que eran cuadros inimitables de virtud, bondad, y divina plenitud de bendición, se han convertido en figuras representativas del pecado. Es extraño decirlo, pero a la vez es extrañamente cierto, que los supremos dones de Dios se han convertido en los peores cuadros de la culpa humana, por el pecado del hombre.
Негізгі бет ¡Despierten! ¡Despierten! / Charles Spurgeon (1 Tesalonicenses 5:6)
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