No hay nada parecido al riesgo. Es único. Jugársela por algo o por alguien es pura adrenalina. Dejarse llevar por los deseos, por los sueños, por el presente. Pensar menos con la cabeza y más con el corazón. Que sí, que muchas veces falla. Pero para eso estamos, para equivocarnos. Caer y volver a levantarse. Una vez más.
Por eso quiero arriesgarme a conocerte. Y que bajen tus labios y me callen si hace falta. Pero yo quiero saber más de ti. Quiero demostrar que mi corazón puede tener la razón algún día. Que está muy cansado de merodear en vidas ajenas sin encontrar cobijo. Él sabe bien lo que siento. Sabe que jamás me dejará tirado en alguna cuneta o en la meta de la soledad.
Porque a locura no me gana nadie. Si lo siento, voy a por ello. Me costará más o menos. Acertaré más o menos. Fracasaré más o menos. Pero estaré orgulloso de haberlo intentado. Ni más ni menos.
Por eso quiero deciros que no os guardéis nada dentro. Escribidlo, cantadlo o decídselo a la cara. Pero hacedlo. Haced hablar al corazón. Porque no hay nada peor que reprimir vuestros instintos. Nada peor que el miedo a equivocaros.
Dicen que es mejor arrepentirse de algo que has hecho que no de algo que no has hecho. Es la primera norma de la vida que aprendí. Que más vale pedir perdón que pedir permiso. Porque la cabeza muchas veces nos reprime. Y toda represión es antinatural.
Que todo fluya. Que la pasión por la vida recorra todo nuestro cuerpo. Que no tengamos miedo a volver a enamorarnos. Aunque jamás lo hayamos estado.
Porque cada día es una vida nueva. Una gran oportunidad para dejarse llevar. Una excusa perfecta para sonreír cada día un poquito más. Un momento ideal para acabar haciendo lo que tantas veces hemos pensado.
"Calla... y deja hablar al corazón".
Негізгі бет EL CORAZÓN
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