Vicente Fernández, también reconocido como, el último grande de la canción ranchera.
Vicente Fernández Gómez nació el 17 de febrero de 1940, en la localidad mexicana de Huentitán el Alto, en tierras de Jalisco. Su familia era de clase humilde y desde muy niño se vio obligado a trabajar en diferentes oficios para ganar algo de dinero y poder sobrevivir dignamente.
Nada en sus orígenes, ni ancestros, hacía presagiar que con los años se le conocería como, El charro de Huentitán y recibiría de sus admiradores calificativos tan elogiosos como, El rey de la canción ranchera.
El pequeño Chente, como era familiarmente llamado entonces, tenía, sin embargo, ideas claras: su ídolo era el también cantante de rancheras y actor Pedro Infante, cuyas películas devoraba en el cine. Quería ser como él, y a los ocho años comenzó a rasguear la guitarra y a cantar las rancheras que oía en la radio.
Los inicios no fueron fáciles: había que compaginar la música con la supervivencia, estar dispuesto a actuar en los más precarios escenarios y aprovechar la más pequeña oportunidad para darse a conocer, ni que fuese en círculos reducidos o en certámenes de aficionados.
Vicente Fernández solamente se casó una vez y fue con Refugio Abarca, mejor conocida como "doña Cuquita". Su historia de amor comenzó en la década de los 60.
El cantante se había ido a vivir a la ciudad de México en esa época para trabajar en un restaurante como cantante, sin embargo, tuvo que regresar a su natal Huentitán, cuando se enteró de que su mamá había muerto.
Ahí fue cuando conoció a Cuquita, quien era vecina de sus papás y hermana de uno de sus amigos. Vicente Fernández le dio una flor como muestra de su amor e incluso se le declaró que Cuquita, de 17 años, esperó unos días para responderle y aceptar.
Pero, parecía que su historia iba a acabar pronto, porque la carrera de artista alejaba a Vicente Fernández, así que le dijo a Cuquita que se buscara otro novio, pero cuando el Charro de Huentitán la vio con otro quiso recuperar a su gran amor y le propuso que se casaran el 27 de diciembre de 1963.
Cuando se casaron ya tenían a su primer hijo de 1 mes de nacido, quien nació de manera prematura, lo que le ocasionó, varios problemas de salud. Estamos hablando de Vicente Fernández Jr.
A los 21 años, mientras actuaba en el restaurante Amanecer Tapatío (cantando tanto en el escenario como entre las mesas).
De este periodo trabajando en este lugar, se corrió el rumor de que tenía un romance con la dueña de este restaurante, quien era 25 años mayor.
Debutó en el programa de televisión La Calandria Musical, donde ganó su primer sueldo como cantante: 35 pesos. Era por este motivo que sus amigos para molestarle le llamaban también, la calandria de Huentitán.
Ello le hizo plantearse su futuro profesional y decidió dejar sus demás actividades para llegar a ser cantante y actor. Con este objetivo se trasladó a vivir a Ciudad de México y actuó durante una temporada en la formación Mariachi Amanecer.
Después de estos conciertos, Vicente Fernández participó en el grupo Mariachi Aguilar con Felipe Arriaga y se presentó en el Teatro Blanquita de México. También entró a trabajar en Televisa, donde conoció a Raúl Velasco, y empezó a ser apreciado y conocido por el público.
Su carrera despegó definitivamente cuando la discográfica CBS le ofreció un contrato y grabó su primer álbum, El Fabuloso Vicente Fernández, 1966.
Se dijo que la columbia records, no le quería debido a que para aquel entonces el consentido era el rey del bolero ranchero, Javier Solís, quien poseía una media voz magistral y a decir de expertos, la mejor voz que ha dado México.
No fue hasta la desafortunada muerte del señor de sombras, que le dieron la oportunidad a Vicente Fernández, a pesar de no contar con el color de voz armonioso y aterciopelado de Javier, pero si una voz potente que se podía aprovechar mejor, en la ranchera bravía.
El 24 de abril de 1971, nació su segundo hijo, Alejandro Fernández. Y alcanzaría un primer momento culminante con ¡Arriba Huentitán! 1972, que contenía el más universal de sus grandes éxitos: Volver, Volver.
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