Esta primera parte prepara el escenario al presentar las conmovedoras reflexiones de Jeremías sobre la devoción pasada de Israel y su crisis espiritual actual. Mientras Yahuah recuerda la 'bondad de tu juventud' y el tiempo cuando Israel lo siguió fielmente en el desierto, lo contrasta con su estado actual de traición e idolatría.
Comenzamos examinando el lamento de Yahuah por la fidelidad olvidada de Israel, como se describe en los primeros versículos de Jeremías 2. Lo que resalta cómo el alejamiento de Israel de las leyes de Yahuah no sólo los alejó de su Dios sino que tampoco sirvió como un faro para las naciones, como originalmente destinado. Aquí integramos el profundo mensaje de Deuteronomio 4:6-8, donde Yahuah describe el propósito de Sus leyes: 'Observadlas cuidadosamente, porque esto mostrará vuestra sabiduría y entendimiento a las naciones... ¿Qué otra nación es tan grande como ¿tener a sus Alahim cerca de ellos de la misma manera que Yahuah nuestro Alahim está cerca de nosotros cada vez que le oramos?' Esta escritura subraya el impacto previsto de la obediencia de Israel como modelo de vida pacífica y sabia que podría inspirar al mundo.
Jeremías 2 parte 1 Y la Palabra de Yahuah vino a mí, diciendo: “Ve, y clamarás en oídos de Yerushalim, diciendo: 'Así dijo Yahuah: “Me acuerdo de ti, de la bondad de tu juventud, del amor de tu novia, cuando fuisteis en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. Yisharal era qodesh para Yahuah, las primicias de Su aumento. Todos los que comieron de él se volvieron culpables, el mal vino sobre ellos”, dice Yahuah.’” Escuchen la Palabra de Yahuah, oh casa de Yaqub y todos los clanes de la casa de Yisharal. Así dijo Yahuah: “¿Qué desobediencia encontraron en Mí vuestros padres, que se alejaron de Mí, y fueron tras la vanidad, y se hicieron inútiles? ¿Y no dijeron: '¿Dónde está Yahuah, que nos sacó de la tierra de Mitsrim, que nos condujo por el desierto, por una tierra de desiertos y hoyos, por una tierra de sequía y de sombra de muerte, una tierra por donde nadie pasaba y donde nadie habitaba?' Entonces os llevé a una tierra de huerto, para que comáis de su fruto y de sus bondades. Pero cuando entrasteis, contaminasteis mi tierra y convertisteis mi herencia en abominación. Los sacerdotes no dijeron: “¿Dónde está Yahuah?” Y los que manejan la Turah no Me conocían, y los pastores se rebelaron contra Mí, y los profetas profetizaron por Bel, y anduvieron tras cosas que no aprovechaban. Por eso todavía contengo contigo, dice Yahuah, “y con los hijos de tus hijos contengo. Porque pasad más allá de las islas de Kittim y mirad, y envíad a Qedar y observad bien, y ved si ha habido algo así. ¿Ha cambiado una nación a sus poderosos, que no lo son? Pero Mi pueblo ha cambiado Mi estima por lo que no aprovecha. Sorpréndete, oh cielos, de esto, y aterrorízate, sécate por completo”, dice Yahuah. “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me han abandonado a mí, fuente de agua viva, para cavar para sí cisternas, cisternas agrietadas que no retienen agua. ¿Es Yisharal un sirviente? ¿Nació en la casa? ¿Por qué es dado al saqueo? Los leoncillos rugieron contra él, gruñeron y devastaron su tierra; sus ciudades han sido quemadas, sin habitante. Incluso los hijos de Nuf y de Takpanes te han afeitado la coronilla. ¿No te has hecho esto a ti mismo, al abandonar a Yahuah tu Alahim cuando Él te guiaba por el camino? ¿Y ahora por qué tomar el camino a Mitsrim, para beber el agua de Shikor? ¿O por qué tomar el camino a Ashsur, para beber el agua del río? Tu propia maldad te instruye, y tus rebeliones te reprenden. Sepa, pues, y vea que es malo y amargo que haya abandonado a Yahuah su Alahim, y que Mi temor no esté en usted”, dice Aduni Yahuah Tsabauth. “Porque desde antiguo rompiste tu yugo y rompiste tus ataduras. Y dijiste: “No te sirvo”, cuando en cada colina alta y debajo de cada árbol verde te acostaste una ramera.
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