El frío es un elemento esencial en nuestra viticultura y también en los viveros de vid.
Es el frio propio de nuestro otoño-invierno, y sus heladas, quien provoca la entrada en reposo vegetativo de las plantas y quien nos da el tiempo necesario para recoger y manipular los sarmientos de vitis vinifera y vitis americana.
Y es también el frío artificial de estas modernas cámaras frigoríficas quien nos permite simular las condiciones de campo y mantener dormidas las yemas mientras realizamos los trabajos de preparación de limpieza, selección y troceado para el proceso del injerto.
La temperatura ideal de conservación son los 4º, ya sean yemas, estacas o los propios injertos de vid.
Sabemos con certeza que si la planta supera los 10º iniciará lentamente su despertar. Es por eso que procuraremos siempre no romper la cadena de frío hasta que llegue el momento de la plantación.
Una vez en vuestra casa, si vais a tardar unos días en plantar, colocad las cajas sin abrir en un lugar fresco, protegido del sol y de las corrientes de aire que podrían deshidratar y dañar las plantas…
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