El fuego, en sus diversas manifestaciones, nos enseña valiosas lecciones espirituales. Primero, nos alerta sobre la necesidad de deshacernos de la paja en nuestras vidas, permitiendo que la purificación divina nos moldee. Segundo, al quemar las ataduras, nos insta a abrazar la libertad que viene a través de la verdad. Tercero, al producir un olor grato a Dios, nos motiva a vivir vidas que honran y glorifican a nuestro Creador. Por último, al compararse con el oro, el fuego nos recuerda que las pruebas pueden ser instrumentos de purificación, haciendo que nuestra fe brille con mayor intensidad. Que el fuego espiritual nos transforme, purifique y nos lleve hacia una comunión más profunda con Dios.
Негізгі бет “El fuego de Dios quema pero es necesario“
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