Cambados (Pontevedra)
HISTORIA;
Existen diversas hipótesis a la hora de establecer el origen del nombre de Cambados. Mientras algunos historiadores le atribuyen raíces celtas en Cambra-Cune (Cambracun), otros se inclinan por Cam (lago) Bados (casa), pero en todo caso todos se remontan a los Siglos V y IV antes de Cristo. Al parecer en aquellos tiempos los Celtas se instalaron en los montes y castros de Castrelo, Corbíllón, A Grenla y A Pastora, de cuyos asentamientos quedan indudables vestigios. Así se sabe que en las inmediaciones de la desembocadura del Umia fueron halladas 62 hachas de bronce, armas ornamentadas, cazoletas, fíbulas, etc. También que los fenicios aprovecharon las riquezas propias de las salinas existentes por aquel entonces, dando nombre al Valle del Salnés. Igualmente explotaron el estaño y el cóbre.
Cambados también sufrio el saqueo por parte de los vikingos, y de ello arranca la participación de Diego Gelmírez, arzobispo-guerrero, que montó un sistema de alerta con la Torre de San Saturnino en unión de las otras similares en la Ría de Arousa. Esta atalaya fue levantada hacia mediados del siglo X.
La historia enriqueció a Cambados con irrefutables muestras de la arquitectura monumental, como el armonioso conjunto del Palacio y Plaza de Fefiñáns, con la Iglesia de San Benito, que requieren una más amplia reseña. Todo el conjunto data del siglo XVII, y fue construido por el entonces embajador en Rusia D. José Pardo de Figueroa. El palacio se compone de dos cuerpos de estilo neoclásico, con notables balcones de esquina y una artística arcada que comunica al edificio con la granja y un singular bosque de robles y acacias, con paseos y versallesca fuente.
La Iglesia de San Benito es un bello templo con original bóveda de cañón formada por diminutas piedras, ojivas y arcos de crucería. Posee dos elegantes torres churriguerescas.
Otro ejemplo de la arquitectura monumental cambadesa lo constituye el Palacio de Montesacro, en la villa marinera de Santo Tomé. Fue construido en el siglo XIII y reparado en el XVIII al estilo neoclásico de de la época. En su cimafronte luce un magnífico escudo con corona al vuelo, por la que sale un brazo empuñando una espada. Se trata de una singular muestra de la orfebrería en piedra.
Las Ruinas de Santa Mariña, fueron en otro tiempo la iglesia parroquial construida en el siglo XII, por mandato de Lope Sánchez de Ulloa, y hoy muestra sus arcadas desnudas cual costillaje de navío que se enfrenta a la acción del tiempo. Están declaradas Monumento Nacional desde 1943.
Hay innumerables otras cosas para ver en Cambados, entre las que podemos citar El Pazo de Ulloa, El antiguo Pazo de Bazán hoy convertido en Parador de Turismo, El Pazo de Torrado, La Iglesia Parroquial, La Capilla del monte de La Pastora, La casa donde nacio Ramón Cabanillas hoy convertida en oficina de turismo, el Molino de Las Mareas, La plaza de Alfredo Brañas, el monumento al escultor Asorey, etc., pero lo que no debe perderse es el primer fin de semana de Agosto es la Fiesta del Albariño.
Resultando prolijo detallar la innegable riqueza histórica de Cambados, concluiremos afirmando que la belleza encantadora de este retazo de Galicia fue la causa de tan antiguas referencias, por lo que, quienes en estos tiempos de medios y posibilidades para el disfrute vacacional pueden, deben acercarse hasta aquí para enriquecer sus experiencias viajeras, culturales y espirituales.
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