Esto es una carta, esto es una historia, esto es mi vida...
Para tí
Decidiste entrar sin aviso ni precaución a los más retorcidos huecos de mi
memoria. Fue una tarde de Diciembre donde el avasallante frío de invierno
mantenía heladas cada partícula de mi ser; anhelando que llegaras a saciar mi ausencia de calor. De una manera inexplicable esperé, para que violáramos cualquier ley universal y transformáramos nuestras almas en un solo ser: un solo espíritu.
Eras mi único pensamiento, mi único sentimiento, mi único sentir, mi felicidad plena, invisible terrenalmente; materializada por un ser, por una memoria racional que daba pasos en la irracionalidad aferrándose a un alma ausente. Una vez más el presente me atrapó en un arcoíris, iluminándome, llenándome de claridad, envolviéndome en cada uno de sus colores al mirar, aquel verano rojizo por primera vez tus ojos. Un sismo superior a cualquier número establecido en el universo entero, hizo temblar cada célula dentro de mí al tocar tu mano, acción que acompañaste con un Hola! Un placer conocerte!. Los vellos de mi piel se
erizaron tanto, dejándome en evidencia del terremoto interno que no me devolvía la tranquilidad para responderte. Pero si, trajiste de vuelta al niño que llevo dentro, quién a velocidad luz despertó al sentir tu llegada.
Ahora, todo era más divertido, mejor aun cuando iniciamos nuestra relación, sin compromisos pero devorándonos como animales hambrientos al sentir el rozar de nuestras pieles. Desconocíamos aún el universo paralelo, que abriríamos al desnudar nuestras almas para convertirnos en uno solo, como lo había soñado, como te había deseado.
Como el agua y el sodio, al unirnos explotamos en un mundo de luces, todo era tan maravillosamente mágico, que tu saliva se convirtió en mi mejor elemento de placer, aún te escucho disfrutar pidiéndome más y yo rogándote que no me dejaras nunca. Cuarenta minutos, sólo eso hacía falta para saciar mi sed, para que llenaras mi ausencia de calor; hasta que finalmente nos dejarnos llevar por el éxtasis profundo de nuestras almas desnudas. Aún siento tu respiración en mi cuello, tu olor penetrante se mantuvo en mi almohada por tanto tiempo.
Decidimos ser felices, repitiendo las mil y una noches nuestras aventuras; en las que la humedad de nuestros labios sellaron nuestro portal de luz.
Mi alma inquieta sigue esperándote, es tan efímero el vivir, tan crudo a veces pero, al mismo tiempo puede llegar a ser tan sencillo para otros; que no quiero esperar más solo quiero tenerte aquí. Te sigo anhelando, te sigo esperando alma mía, quiero seguir escribiendo ignorando la ficción de una historia inventada para imaginar tu llegada y que así como lo he descrito en estas líneas sinceras, sea nuestra verdadera realidad, nuestro primer encuentro, nuestra primera vez.
Escrito por: Luis Gracia
instagram.com/alexgarciav.co
Modelo: Luis Salazar
instagram.com/salazarb.luis
Dirigido por: Eduin Gómez
instagram.com/eduin.art
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