Schefflera actinophylla (sin. Brassaia actinophylla) es una planta fanerógama perteneciente a la familia de las Araliaceae.
Características: S. actinophylla es un árbol perennifolio que puede alcanzar los 15 m de alto. Tiene hojas compuestas médium verdes en grupos de siete hojas. Usualmente tiene troncos múltiples, y las flores se desarrollan en la parte alta del árbol. Con frecuencia crece como epífita en otros árboles del bosque lluvioso. Produce racimos de hasta 2 metros de largo conteniendo hasta 1,000 pequeñas flores rojas opacas. La floración empieza a principios del verano y típicamente continúa por varios meses. Las flores producen grandes cantidades de néctar que atrae a las aves que se alimentan de miel. Los frutos son consumidos por muchas aves y animales incluyendo la rata canguro, el Thylogale stigmatica (pademelón de patas rojas) y los zorros voladores Sus hojas son la comida favorita del Dendrolagus bennettianus (Canguro arborícola de Bennett).
Habitat: Es un árbol en la familia Araliaceae. Es nativo de las selvas lluviosas en Australia (este de Queensland y el Territorio del Norte), Nueva Guinea y Java. Nombres comunes incluyen Árbol Paraguas y Árbol Pulpo.
Cuidados: Es una de las plantas tropicales por excelencia que tener, sí o sí, en casa por una razón de peso: los cuidados de la schefflera son sencillos y es que esta planta perenne de porte lustroso y gran número de hojas no necesita mucho más para ser longeva. Planta de interior en climas fríos y de buen arraigue en otros más cálidos, la schefflera es una familia vegetal versátil. Algo que hace que podamos encontrarla en bonsái, en arbusto, en maceta o incluso como un pequeño árbol de copa redondeada. Sea como sea, los cuidados de la schefflera son los mismos independientemente de su formato y la frondosidad de sus hojas, en las que se llegan a encontrar tonalidades verdes intensas con amarillo.
-Poco riego y humedad, fundamentales en los cuidados de la schefflera. Tolera razonablemente bien la falta de agua y se resiente especialmente del exceso de la misma. Por esta razón tendremos que regarla más bien poco, siempre en pequeñas dosis y comprobando antes de hacerlo que el sustrato está seco. Dado que el encharcamiento es uno de sus principales enemigos, tendremos que comprobar que el tiesto en el que está plantada tiene un buen drenaje que permita eliminar todo el agua que no absorba la planta en cada riego. Y, por supuesto, olvidarnos de dejarle un plato inferior con ella después de regar. Pero si demanda poca agua en lo que se refiere al sustrato, no es lo mismo en lo que respecta al ambiente. El ideal para la schefflera es uno con un cierto grado de humedad ambiental.
-Ubicarla en un espacio muy luminoso con buena temperatura. Dado que es una planta tropical, la luz es un aspecto fundamental para la salud de la schefflera. En caso de que no tenga la cantidad que necesita, la planta nos lo hará saber tirando las hojas. Para evitarlo, tendremos que colocarla en una estancia con mucha luz. Es más: a diferencia de otras plantas de interior, sí tolera el sol directo en los meses de invierno. Otro aspecto importante de los cuidados de la schefflera es el calor. Su temperatura ideal es de 21 grados, si bien podemos mantenerla sin problemas en un abanico entre los 15 y los 25. También es importante que la mantengamos alejada de corrientes de aire.
-Necesita un buen sustrato, abono y pequeñas podas. Tanto la maceta como el sustrato son el hogar de nuestras plantas. Una razón de peso para que elijamos correctamente cuáles necesitan de entre los distintos tipos de macetas y tierras. Lo ideal es optar por un sustrato fértil que no se apelmace y drene correctamente. Además y dado su crecimiento, lo ideal es que la trasplantemos anualmente para asegurarnos de que tiene el espacio que necesita para crecer y un suelo renovado para hacerlo. Para ayudar en el drenaje, lo recomendable es que nos decantemos por una maceta de arcilla ya que ayudará a la transpiración de la tierra. Lo ideal es que, durante la época de crecimiento, usemos un fertilizante líquido para plantas verdes como parte del agua de riego. Durante el resto de meses del año, bastará con que este aporte sea mensual. En lo que respecta a podar, la schefflera tolera bien que eliminemos algunas de sus ramas. Podemos simplemente limpiarlas con un paño húmedo, pero es mejor pulverizar la planta con agua templada antes de eliminar el polvo.
-Las plagas de la schefflera. Es raro que pueda sufrir el ataque de alguna plaga. Sin embargo, si la planta no se encuentra en perfecto estado, puede ser objetivo de algunas de las plagas más comunes: cochinilla algodonosa, araña roja o pulgón, cuya presencia en la planta viene aparejado del hongo negrilla y si nos excedemos con el riego, estaremos favoreciendo la aparición de hongos.
Así podremos disfrutar de sus espesas y coloridas hojas, su carácter de planta ornamental, capaz de poner un punto tropical en la decoración de nuestra casa.
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