Este es el Verdadero Enemigo de la Producción Agrícola: Cultivo de Tomates en Invernaderos
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La producción de hortalizas, especialmente el cultivo de tomates de alto rendimiento, enfrenta numerosos desafíos que van más allá de las condiciones adversas del clima. Entre estos desafíos se incluyen la proliferación de enfermedades radiculares y la evolución de plagas como insectos.
Producir tomates en áreas protegidas como invernaderos semi techo, de cubierta completa o de tipo casa malla es una opción viable y eficiente, pero si no se consideran ciertos factores clave, puede resultar en grandes pérdidas económicas. En este video, se explicarán los cinco aspectos cruciales que deben tenerse en cuenta al cultivar tomates en invernaderos para evitar problemas y asegurar un rendimiento óptimo.
Factores Clave en el Cultivo de Tomates en Invernaderos
1. Control de Enfermedades Radiculares.
Las enfermedades radiculares son un problema omnipresente en el cultivo de tomates, desde México hasta Argentina. Estas enfermedades, causadas principalmente por hongos y bacterias, pueden devastar proyectos de gran envergadura si no se controlan adecuadamente. Los invernaderos crean un microclima ideal para la proliferación de estos patógenos, por lo que es crucial programar desinfecciones del suelo antes de establecer el cultivo. Estas desinfecciones pueden realizarse con compuestos de síntesis orgánica, como el peróxido de hidrógeno y el ácido peracético, o de síntesis química.
Además de desinfectar, es fundamental repoblar el suelo con microorganismos benéficos como los bacillus, tricodermas, pseudomonas y micorrizas, que actúan como antagonistas de los patógenos. Un esquema preventivo simple puede incluir la aplicación de yodo, kasumin y carbendazim antes del trasplante, seguido de la repoblación con bacillus después del período de residualidad. Este proceso asegura un arranque saludable del cultivo, minimizando el riesgo de enfermedades radiculares.
2. Disponibilidad de Horas Luz.
La luz solar es esencial para la fotosíntesis, el proceso mediante el cual las plantas producen su alimento. En invernaderos, la luminosidad puede ser limitada debido a las cubiertas plásticas o de malla anti trips. Días con condiciones de luminosidad cambiantes afectan negativamente la producción de frutos de calidad. Para contrarrestar esto, es necesario lavar las cubiertas del invernadero regularmente y utilizar productos que aumenten la capacidad fotosintética de las plantas.
3. Manejo del Estrés Vegetal.
El estrés vegetal es un enemigo silencioso que puede reducir significativamente el rendimiento de los cultivos de tomates. La FAO define el estrés vegetal como una de las principales amenazas para la producción agrícola mundial. Las plantas de tomate experimentan estrés constantemente debido a trasplantes, podas, condiciones climáticas adversas, enfermedades y plagas.
Para mitigar el estrés, se deben aplicar desestresantes de tipo nutricional y bioestimulantes de forma regular. Los extractos de algas, aminoácidos, fitohormonas y antioxidantes son eficaces para reducir el impacto del estrés en las plantas, permitiendo que destinen más energía a la producción de flores y frutos en lugar de recuperarse del estrés.
4. Control de Insectos Chupadores y Mordedores.
Los insectos chupadores y mordedores, como la mosca blanca, tuta absoluta y trips, pueden devastar los cultivos de tomates si no se controlan adecuadamente. Estos insectos no invaden un cultivo de la noche a la mañana; su presencia indica que han podido cumplir varios ciclos biológicos sin interrupción. Por lo tanto, es crucial implementar un control integrado que ataque a los insectos en todas sus etapas de desarrollo: huevos, larvas, pupas y adultos.
5. Nutrición y Bioestimulación.
La nutrición adecuada es vital para el desarrollo óptimo de las plantas de tomate. Un esquema de nutrición bien diseñado, que incluya macro y micronutrientes esenciales, asegura que las plantas tengan los recursos necesarios para crecer y producir frutos de alta calidad.
Productos como extractos de algas y aminoácidos de alta calidad deben ser aplicados de manera regular para mantener una actividad fotosintética elevada y reducir el estrés vegetal. Además, es importante utilizar coadyuvantes dispersantes para mejorar la eficacia de las aplicaciones foliares y asegurar una cobertura uniforme.
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