Dentro de la Iglesia de San Antonio de Padua de Alpandeire, más conocida como la “Catedral de la Serranía” por sus enormes dimensiones, se mantienen desde hace siglos dos momias que corresponden a un hombre y a una mujer en excelente estado de conservación.
Según ha explicado Gaspar Mena, maestro jubilado, las momias están situadas en el antiguo cementerio de la localidad que se ubica en la parte baja de la Iglesia de San Antonio de Padua y se conoce con el nombre de “El Panteón”, donde también se pueden observar multitud de nichos en los laterales y fosas en el suelo. La “Catedral de la Serranía” fue inaugurada el 13 de junio de 1713, por lo que se piensa que los cuerpos momificados deben tener alrededor de 300 años de antigüedad.
El maestro ha indicado que el buen estado de conservación de las momias se debe a una de las siguientes hipótesis. Por un lado, puede ser que las características ambientales que tiene el lugar donde fueron enterrados los dos cuerpos hayan evitado la descomposición de los mismos. Por otro lado, es posible que los difuntos fueran las personas que sufragaron los gastos de la construcción de la iglesia y que fueran embalsamados en señal de agradecimiento por su generosidad. En relación a la segunda hipótesis, Mena ha querido leer una redacción de una alumna suya de hace unos 30 años que cuenta la leyenda de la construcción de la “Catedral de la Serranía”. Dicho relato narra que la iglesia fue realizada gracias a la aportación económica de una acaudalada señora conocida como tía Florita y su marido. El matrimonio tenía un pilón lleno de monedas de oro con las que se pagaron los materiales que se usaron para construir el majestuoso templo siendo la gente del pueblo (hombres, mujeres y niños) la encargada de transportar durante varios kilómetros ladrillos y tejas hasta el punto donde se ubica el monumento. Cuando faltaba poco para terminar la obra la leyenda cuenta que un albañil creyó que las monedas se habían acabado al no poder llegar hasta ellas con el brazo, a lo que la rica vecina respondió que aún quedaba dinero instando al obrero a introducirse en el pilón, donde efectivamente aún había oro suficiente para terminar el templo. De ahí que aún se conserve en Alpandeire el refrán: “Eres más hondo que el pilón de tía Florita”.
Gaspar Mena ha reconocido que las momias podrían estar aún mejor conservadas pero ya en la década de los 50 se encontraron fuera de su nicho, recostadas sobre una pared lateral de la estancia, donde la gente las tocaba y las movía. La puerta del panteón entonces estaba en muy mal estado y, en noches de viento, chirriaba y daba portazos provocando miedo entre los jóvenes del municipio, que incluso se negaban a pasar por la calle. Todo esto llegó a oídos del obispo de Málaga, el cardenal Herrera Oria, quien ordenó volver a dar sepultura a los cuerpos aunque tiempo después, ya en los años 80, volvieron a ser desenterrados hasta hoy.
Para finalizar, Mena ha querido invitar a todas aquellas personas interesadas a visitar Alpandeire y la “Catedral de la Serranía”, donde además de poder contemplar las asombrosas momias, tendrán la oportunidad de descubrir los múltiples secretos que encierra esta monumental construcción.
Негізгі бет LAS MOMIAS DE ALPANDEIRE
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