La vida de fe camina muy camino muy delgado, donde podemos caer en medio de la rigurosidad humana, y somos capaz de defender de una manera tan fundamentalista, la existencia de Dios, desde lo intelectual de nuestros pensamientos, y no desde la Palabra del Señor, ahí es donde pensamos, creo en el Dios revelado por sí mismo, y en la experiencia humana a través de su pueblo, o en el Dios creado en medio del cuchicheo humano.
San Jerónimo nos dice: "quien ignora las Escrituras, ignora a Cristo" es hora de volver al corazón del Evangelio, o seguir mirando al señor del cumplimiento de la ley, sin amor; o seguir mirando la Padre misericordioso, donde es quien es un Dios muy cercano en nuestras vidas.
esos odres viejos, son aquellos que piensan en el esfuerzo humano, que desvirtúa el del amado, para apacentar su conciencia, y sentirse merecedor en medio de su sudor y angustia; queriendo soñar que es cercano a lo perfecto, y mira hacia abajo la imperfección del prójimo.
El amor, es quizás el más grande, exigente y vinculante sacrificio real, como aquel en la cruz, donde se entiende que es realmente negarse a sí mismo; donde la Eucaristía nos hace uno solos en Cristo, una comunión de amor, un adelanto de la perfección del reino; pero muriendo un hermano de hambre, sin ropa, sin el calor fraterno de su hermano; ese amor esta solo y vacío. Jesús camina solo, y no lo siguen, aunque muchos labios lo pronuncien, el sigue en las calles con hambre, y con frio; centrando nuestra espiritualidad en un silencio ensordecedor, que nos aleja de lo divino: "Jesús nos llama a amar a todos, como Él nos ha amado: plenamente, abundantemente y sin condiciones y nos dice al corazón algo que no queremos procesar en el alma: En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros" (Jn 13,35)
No dejemos perder el vino nuevo, en odres viejos, aunque nos incomode; hay que tener un amor eterno que transforma, como el de Nuestra madre, que preparo su alma, vida y corazón, para recibirlo.
Негізгі бет ODRES VIEJOS, LO QUE NOS PUEDE INCOMODAR COMO CREYENTES.
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