La Madre Naturaleza es una auténtica seña de identidad en la Sierra de Huelva. Pequeños arroyos o barrancos de agua cristalina atraviesan la comarca serrana llegando a desembocar a alguna de las tres cuencas hidrográficas. El arroyo que ofrecemos en las imágenes bien podría desembocar en la del Guadiana, Guadalquivir u Odiel. ¡Qué más da! El único objetivo es alcanzar el gran mar salado. Pero en su fluir, aparte de otorgar vida, nos van dejando imágenes de gran belleza.
En fechas no muy lejanas, ya metidos en alta primavera, y a pesar de las pocas precipitaciones de esta temporada, quisimos comprobar el estado paisajístico de nuestra querida Sierra, y fuimos acogidos por una mañana de nieblas y sirimiris prolongados en horas. De hecho tuvimos mucha dificultad, aparte de emplear mucho tiempo, en captar las imágenes debido al grado de humedad reinante.
El resultado fue el que mostramos en las imágenes, al natural, sin retoques y sin la utilización de filtros. Como podemos comprobar, el paisaje es espectacular; el verde domina todo el espectro visual. Parece que estamos situados en zonas tropicales o ecuatoriales.
La mayoría de centenarios castaños se colman de verdes hojas primaverales, mientras algunos otros le dicen adiós a la vida y dejan de parir su sistema foliar. Musgos y líquenes, siempre fieles a sus hábitats sombríos, eligen sus ejemplares para crear vida, y un manto de helechos naturales puebla toda la ladera de la suave colina, preludio sin duda de la elevada humedad.
Y en esa humedad no puede faltar uno de los motores generadores de la misma: el río, arroyo, barranco, ribera...Muchos de ellos suelen ir acompañados de algún camino o vereda para deleite del ser humano.
Alcanzamos un riachuelo, tímido, estrecho y pequeño que entona notas musicales, de esas que abren los corazones. Y es que la música creada por el hombre, por más bella que sea, no podrá sustituir el encanto del fluir de las aguas de cualquier arroyo. En este lento fluir, las minúsculas piedrecillas le acompañan en el baile. Sin duda, el lugar y la belleza del paisaje musitaba la dulce melodía.
Y en esta gran orquesta de belleza y humedad no puede faltar el gran bosque de ribera o bosque de galería en toda su frondosidad.
Casi todos los cauces fluviales y arroyos se encuentran escoltados, flanqueados, bordeados por una o varias franjas de comunidades vegetales, que en su estructura vertical podremos encontrar diversos estratos: arbóreo, arborescente, arbustivo, herbáceo, lianoide y epifítico.
Los bosques de ribera son fundamentales para el equilibrio ecológico, ofreciendo protección para las aguas y el suelo, reduciendo la sedimentación y la fuerza de las aguas, manteniendo la calidad del agua e impidiendo la entrada de contaminantes al medio acuático, además de formar corredores que contribuyen a la conservación de la biodiversidad; suministran alimento y refugio para la fauna, etc.
Y la belleza...Nuestro humilde riachuelo se engalanó de primavera con su espeso follaje de chopos, álamos, sauces, fresnos, alisos, etc. Remontamos arroyo arriba observando todo su verde ropaje hasta alcanzar un pequeño puente, una de esas coquetas construcciones que fueron realizadas para atravesar un camino o dar acceso a una finca.
Salimos del sombrío puente para despedirnos, con saudades, de este melancólico paisaje serrano. Luego, después de mojarnos por fuera nos mojamos por dentro... qué cosas!
(Nota: algunas imágenes y vídeos han sido cedidos por amigos y colaboradores del canal).
Негізгі бет PAISAJES VERDES EN LA SIERRA DE HUELVA
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