Al día siguiente del huracán David mi papá, que no era carpintero ni cosa que se pareciera, recogió los restos de madera y zinc que encontró en los alrededores y con mis hermanos como ayudantes techó nuestra casa que solo perdió el zinc por el paso del huracán DAvid.
Un vecino menos listo y también menos trabajador le dijo “Papito estás perdiendo el tiempo y vas a trabajar dos veces”.
Papá tenía plena conciencia de que tendría que trabajar dos veces como tenía el compromiso de dar una protección mínima a su familia que fue de las pocas que no pasó ni un día en el refugio público.
Aquello de que no se sirve vino nuevo en odres viejos ya lo escribieron en la biblia hace miles de años pero todavía hay gente que solo quiere entenderlo cuando no se trata de si mismo.
Ni para los ciclones ni para la vida se puede recomponer lo nuevo usando lo viejo.
Hay mucha gente que nos dirá que hay jóvenes con ideas del siglo pasado y ropa nueva y que con esas ideas han llegado incluso al senado. Quienes lo dicen tienen razón pero eso es excepción no regla.
Insisto en que de Jesucristo para acá los jóvenes han marcado los cambios y no busco más atrás porque la gente duraba tan poco, por las condiciones de vida, que un hombre o una mujer a los 40 eran ancianos.
En el mundo hay una crisis de renovación de liderazgo y en nuestro país esa crisis es mayor.
Tenemos una crisis de ideas.
Escuchar que Abel Martínez intentó dar un golpe de Estado a Danilo Medina, que renunció a optar por la presidencia pero que sigue firme porque su asistente personal circuló una carta proponiendo lo contrario, es un botón de la muestra.
En la FUPU también se habla de una renovación pero sin cambiar la dirección y en el partido oficial no hay una sola idea nueva aunque existen los famosos 23 aspirantes.
Esa crisis de liderazgo se evidencia en todos los aspectos de nuestra vida. No hay liderazgo en el mundo empresarial y no tengo que decirle de nuestra pobre representación sindical donde están los mismos de la época en que entré a la universidad.
Nuestro país requiere de gente que despierte pasiones a favor y en contra, gente que arrastre que mueva y que conmueva.
Luis Abinader llegó al poder montado en la ola anticorrupción y se reeligió sin problemas por enfrentar ese fenómeno. Ese modelo caduca en 4 años y quienes aspiran a liderar algo deben pensarlo.
Негізгі бет Pensando en un país sin Danilo, sin Leonel y sin Abinader
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