EL ALBA MERIDIONAL
Caminaba por los alrededores del hotel era de tarde
y aparecieron cuatro o cinco muchachos,
con piel de tigre de los prados, sin
una peña, un hoyo, un poco de vegetación
donde refugiarse de eventuales disparos: pues
Israel estaba allí, en la misma piel de tigre,
sembrada de casas de cemento e inútiles
muros, como en cualquier periferia.
Me uní a ellos, en aquel punto absurdo,
lejos de la calle, del hotel,
del confín. Fue una de tantas amistades,
una de esas que durando una tarde
te torturan después durante el resto de tu vida. Ellos,
los desheredados y, más aún, hijos
(que de desheredados tienen el conocimiento
del mal el hurto, la rapiña, la mentira
y, de hijos, el ingenuo idealismo
de sentirse consagrados al mundo),
ellos, mostraron enseguida la vieja luz de amor
como gratitud en el fondo de sus ojos.
Y, hablando, hablando, hasta que
cayó la noche (y uno ya me abrazaba,
diciendo, ora que me odiaba, ora que no,
me amaba, me amaba) lo supe todo de ellos,
cada mínima cosa. Eran dioses
o hijos de dioses que misteriosamente disparaban
a causa de un odio que les había expulsado de los montes de Creta,
como esposos sedientos de sangre sobre los Kibutz de Creta,
como esposos sedientos de sangre sobre los Kibutz invasores
en el otro lado de Jerusalén...
Esos zarrapastrosos que ahora duermen al aire libre
en el fondo de un prado de la periferia.
Con sus hermanos mayores, soldados
armados de un viejo fusil y dos mostachos
de mercenarios resignados a viejas muertes.
Esos son los Jordanos, terror de Israel,
estos que frente a mí lloran
el antiguo dolor de los prófugos. Uno de ellos,
destinado al odio, ya casi burgués (al moralismo
chantajista, al nacionalismo que blanquea con furor
neurótico), me canta el viejo estribillo
aprendido de su radio, de sus reyes.
Otro, harapiento, escucha y asiente,
mientras, como un cachorro, se aprieta contra mí,
sin mostrar otra cosa, en el prado de las afueras,
en el desierto jordano, en el mundo,
que un mísero sentimiento de amor.
(1963)
PIER PAOLO PASOLINI
(La Religión de mi Tiempo. Poesía 1957 - 1971. Edición Bilingüe. Selección de Norman McAfee. Traducción y prólogo de Martín López-Vega. Editorial Nórdica Libros. Salamanca, España. Febrero de 2015).
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