ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Señora de los Dolores, la del desconsolado llanto que estremece los sentidos. Me encomiendo a ti en este Solemne Septenario para que escuches mis súplicas.
Vuelve Señora tus ojos a mí, tómame de tu mano y llévame por el camino de la Cruz de tu hijo, hacia la salvación de la vida eterna.
No permitas que sea yo quien clave más puñales en tu corazón de Madre. Aparta de mí la serpiente del pecado y haz que derrame sobre mis hermanos todo el amor que tú me profesas.
A ti te ofrezco, dulcísima dolorosa, este ejercicio. Permite por ello que sea fructífero en mi vida, a Mayor Gloria de Dios, por la intersección de tus Dolores benditos. Amén.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
Desde el mediodía hasta la media tarde vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A media tarde Jesús gritó: “Elí, Elí lamá sabaktaní”, es decir: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” Al oírlo algunos de los que estaban por allí dijeron: “A Elías llama éste”. Uno de ellos fue corriendo; enseguida cogió una esponja empapada en vinagre y, sujetándola en una caña, le dio de beber. Los demás decían: “Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo”. Jesús, dio otro grito fuerte y exhaló el espíritu. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba dijeron aterrorizados: “Realmente éste era Hijo de Dios”. (Mt. 27, 45-50. 54)
QUINTO DOLOR: Jesús muere en la Cruz
Al pie de la cruz estaba
mientras el hijo moría.
Todo el dolor de María
su lágrima delataba.
Por su llanto se escapaba
todo el dolor contenido,
todo el dolor escondido
dentro de su corazón.
No podía más. La emoción
a la entereza ha vencido.
Cristo en la cruz se moría
en medio de dos ladrones.
Al Padre pedía perdones
por la humana tropelía.
Y en medio de la agonía,
aunque todo lo había dado
hasta ser crucificado
y ya nada más tenía,
nos dio por Madre a María:
Todo estaba consumado.
Allí estaba agonizando
la misma gloria del cielo.
Su santa sangre en el suelo
gota a gota derramando.
La tierra se iba empapando
con el divino color
que hizo brotar una flor
sobre la yerma colina.
Era la gracia divina.
Era el triunfo del amor.
Perdió la tarde su paz
y su silencio imponente.
Tronó el cielo tristemente
y una paloma torcaz
voló asustada, incapaz
de hallar el calor del nido.
Pareció que había vencido
sobre la vida la muerte,
que ya estaba Cristo inerte
sobre la Cruz pendido.
Se había acabado el dolor
del Cristo crucificado
por tantísimo pecado.
Un exultante clamor
por el triunfo del amor
de arcángeles trovadores,
estremeció los albores
de la noche adelantada,
y allí estaba desolada
la Virgen de los Dolores.
(Fco. del Castillo Tellería. IX Pregón de los Dolores)
ORACIÓN PARA EL DÍA QUINTO
Señora de los Dolores, que tanto dolor padeciste por tu Hijo. Te suplico, que intercedas por mí ante el Señor, para que cada vez que medite en su Pasión, Muerte y Resurrección quede grabado en mi mente todo lo que tu Hijo ha hecho por mí. Haz que mi vida sea un agradecimiento constante al Señor, por sentirme hijo suyo. Amén
(Pídase la gracia que se desee obtener mediante este Septenario)
Para conseguir la gracia que hemos pedido se rezará un Padre Nuestro y siete Avemarías en honor de los Siete Dolores de la Santísima Virgen.
Tu dolor atormentado
es lamento que no acaba
por la pasión ya gloriosa
del hijo de tus entrañas.
Негізгі бет QUINTO DÍA SOLEMNE SEPTENARIO DOLOROSO A NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES
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