Este jardín, situado entre el río Tajo y la Calle de la Reina, es el más extenso de todos los de Aranjuez, con un perímetro de 7 km y una extensión de 150 hectáreas, de las cuales solo son visitables aproximadamente la mitad. En la parte norte, que es la que da al río, está protegido por un dique de piedra llamado Malecón de Solera, mientras que en su cara sur, lo limita una larga verja sobre un zócalo de piedra de Colmenar y pilares de ladrillos, ornamentados por artísticas piedras. El jardín está formado por gran variedad de especies de árboles diferentes, como: plátanos, ahuehuetes, pacanos, caquis de Virginia, cipreses, liquidámbares, pinos, castaños de indias, tilos, fresnos, robles, cafeteros, magnolios, arces, carpes, árboles del amor, de Júpiter,...
Origen
Tiene su origen en la llamada Huerta Grande de Don Gonzalo y en un pequeño jardín mandado crear por Fernando VI en la zona del embarcadero sobre el río. El proyecto del nuevo jardín fue trazado en 1763 por Pablo Boutelou (nieto de Esteban Boutelou I).1 No es hasta el 3 de octubre de 17722 cuando el futuro Carlos IV, que en aquel momento ostentaba el título de príncipe de Asturias, manda su construcción. Se finalizaron los trabajos en 1804.
Entrada
La entrada principal de este jardín, situada en la Calle de la Reina, justo detrás del Palacio de Godoy, se realiza a través de una puerta de hierro, obra de Juan de Villanueva, con dos basamentos de piedra, con cuatro columnas cada uno y coronadas por cornisas de orden jónico. En lo alto, están rematadas por geniecillos de piedra con flores, aunque anteriormente estaban adornadas por las esculturas de Palas y Pomona, que ya estuvieron en la Fuente de Hércules e Hidra del Jardín de la Isla y que hoy están en el Museo del Prado.
Embarcadero
Posee un embarcadero fortificado (mandado crear por Carlos IV), muy usado durante las estancias de los Reyes en Aranjuez, en las que organizaban paseos por el Tajo a bordo de lujosas falúas. Dichas embarcaciones se conservan todavía en el Museo de Falúas Reales o Casa de Marinos, que se encuentra al lado. También encontramos en la zona un castillo de piedra, de construcción inacabada, y que fue usado como depósito de leña. Actualmente alberga un restaurante.
Fuente de Narciso
Fuente de Narciso
La primera, obra de Joaquín Dumandre, muestra al hermoso Narciso junto a su perro, asomándose a un hermoso tazón sobre el que se encuentra en lo alto de un pilar, a punto de caer en él. Sujetan el tazón cuatro robustos Hércules. Al resultar gravemente dañada en la Guerra de la Independencia Española, fue reconstruida por Esteban de Ágreda en 1827 según el diseño de Isidro González Velázquez.
Fuente de los Cisnes
La Fuente de los Cisnes es también obra de Joaquín Dumandre, inspirada en otra de La Granja. Presenta un peñasco con dos figuras de niños de mármol que agarraban un cisne, por cuyo pico salía el agua. Dañada en la Guerra de la Independencia. solo se conservaba el pilón y el peñasco central, pero en 2009 se llevó a cabo la restauración de las figuras de los niños y el cisne.
Fuente de Apolo
Estanque de los Chinescos
Más allá, la Fuente de Apolo, en mármol de Carrara, muestra al dios de la belleza en lo alto de un pedestal. Mandada crear por Carlos IV, no fue terminada hasta el reinado de su hijo Fernando VII, con diseño de Isidro González Velázquez. Detrás, con forma semicircular, seis columnas coronadas con otros tantos patos lo escoltan. A ambos lados, encontramos dos columnas cuadradas, con dos tazones en lo alto. La estatua de Apolo fue comprada por Felipe V y situada en La Granja. Carlos IV la mandó traer a Aranjuez. Actualmente la estatua presente en el Jardín del Príncipe es una reproducción, pues la original fue devuelta en el año 2000 a La Granja.
Estanque de los Chinescos
El Estanque de los Chinescos es un lago artificial bordeado por una pequeña baranda, con tres islas, sobre las cuales se encuentran un templete o kiosco de estilo griego, otro de tipo chinesco y un mausoleo de granito egipcio. El pabellón griego es obra de Juan de Villanueva, con una serie de ocho columnas de orden jónico que sujetan el techo, coronado por una piña de bronce pintada de color mármol (aunque originalmente poseía un dragón dorado). Entre cada columna existieron unos vasos canopos egipcios, ahora desaparecidos. Por otro lado, el templete chinesco original resultó gravemente dañado en la Guerra de la Independencia Española y reconstruido por Fernando VII más bien como un kiosco de estilo turco, con vivos colores verde, rojo y dorado.
Негізгі бет Real Sitio de Aranjuez , Jardin del Principe
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