Beta vulgaris var. Conditiva. es el nombre científico que se designa a la conocida REMOLACHA ROJA, especie herbácea que pertenece a la familia de las Quenopodiáceas (Chenopodiaceae).
La remolacha roja o de mesa que data desde el siglo II antes de Cristo, es originaria del Sur de Europa, concretamente de la zona mediterránea y también del norte del continente africano, de donde se extendió
posteriormente por toda Europa hasta llegar a la India Occidental.
Hay numerosas variedades que se cultivan de remolacha roja, entre ellas la redonda, la intermedia y la larga, aunque la que más se estila en nuestra zona es la redonda y de color rojo tinto cuya raíz redondeada, crece parcialmente por encima del terreno.
La variedad de mesa concretamente es una planta de porte erecto y producción bienal, que produce una roseta de hojas que se elevan del terreno hasta alcanzar unos 60 cms. de altura cuando llegan a su madurez.
Sus raíces gruesas, rojas y carnosas, se consumen principalmente cocidas; el color se debe fundamentalmente a dos pigmentos, la betacianina y la betaxantina, usados frecuentemente como potente colorante en productos alimentarios y con intenso sabor , provocado por los azúcares naturales.
La remolacha roja tiene muchos usos culinarios en todo el mundo, tanto por su gran calidad nutricional , como por los aportes a la salud. Sus hojas, o lo que conocemos como cuello o tallo, bautizada como las espinacas de remolacha , son una fuente excelente de vitamina A y sus raíces, o lo que conocemos como los tubérculos, son una buena fuente de vitamina C, además de aportar otros elementos como: hidratos de carbono, proteínas, lípidos, potasio, sodio, fósforo, y calcio.
Su siembra es generalmente muy similar al de otros cultivos de raíces, especialmente en suelo fértil, con alto contenido en potasio, para que tengan un crecimiento vigoroso.Las lineas de siembra se realizan normalmente con surcos de entre 2 y 3 cms de profundidad y con una
separación entre las mismas de unos 30 cms.
Normalmente la época idónea para cultivarlas es al comienzo del otoño. A pesar de que resisten bastante bien a la intemperie las heladas, esta especie suele emerger en un periodo relativamente largo, provocando por ello distintos desarrollos en la madurez de sus tubérculos y por tanto llevando este proceso a una recolección variada de calibres.
Por norma general crecen bien en tiempos con temperaturas moderadas y altas, pero siempre es más aconsejable que las condiciones ambientales sean frescas y húmedas como las de nuestro campo durante el otoño e invierno.
Necesitan buenos riegos a través de sistema de aspersión con buena calidad de agua, como la de nuestra zona y que estos, sean uniformes o parejos, aunque haya zonas en las que el agricultor determine la programación idónea de los mismos, bien por las condiciones del terreno o por la cercanía del nivel freático.
Debido a que las remolachas crecen muy cerca de la superficie, su principal enemigo es la mala hierba, ya que estas plantas no son buenas competidoras y necesita de mano de obra adicional, para la limpieza del terreno con gran delicadeza, sobre todo cuando son pequeñas.
Frusana destina al cultivo de la remolacha roja un total de 55 hectáreas , todas ellas a intemperie y con una producción que asciende a los 3 millones de kilos por campaña.
El preciado interés por este tubérculo en el mercado europeo, ha provocado que su distribución no sólo sea en territorio nacional, sino que a su vez se exporte a países como Francia, Holanda, Bélgica, Alemania además de Inglaterra en el Reino Unido.
Por su color, sabor y textura , ha sido siempre muy utilizada cocida en la cocina, para dar ese toque dulce a ensaladas y guarniciones que acompañan a distintos platos, proporcionando además de sabor y un color elegante en la mesa, tanto en rodajas, finas tiras o cortes pequeños.
Un manjar que sorprende a todos los paladares
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