Devocional diario de Joel Osteen 2 de junio de 2024 - Tiempos de prueba
Escritura de hoy: Deuteronomio 8:2 - Acordaos de cómo Jehová vuestro Dios os condujo por todo el camino por el desierto estos cuarenta años, para humillaros y probaros, para saber lo que había en vuestro corazón, si guardaríais o no sus mandamientos.
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Moisés habló a los israelitas sobre su viaje por el desierto. Enfatizó la importancia de ser humillados y probados por el Señor para comprender lo que realmente hay dentro de sus corazones.
A medida que atravesamos los desafíos de la vida, debemos reconocer que nuestras mentes son, de hecho, un campo de batalla. Todos los días enfrentamos una lucha constante entre los deseos de nuestra carne y la voluntad de Dios. Nuestros pensamientos, creencias y decisiones están influenciados por esta batalla continua entre el bien y el mal, entre la fe y la duda.
En esta guerra espiritual, hemos sido equipados con dos poderosos aliados: el Espíritu Santo y nuestra mente consciente. El Espíritu Santo, que Dios nos ha dado, nos sirve como guía, consolador y fuente de sabiduría. Susurra la verdad a nuestros corazones, nos convence de pecado y nos da poder para caminar en rectitud.
Nuestras mentes conscientes, un regalo de Dios, sirven como campo de batalla donde se desarrolla este conflicto interno. Es aquí donde debemos discernir entre las mentiras del enemigo y la verdad de la Palabra de Dios. Debemos guardar nuestros pensamientos, renovar nuestras mentes y alinear nuestro pensamiento con los principios del reino de Dios.
Así como los israelitas fueron probados en el desierto, nosotros también enfrentamos pruebas y tentaciones que desafían nuestra fe y carácter. Es durante estos momentos de prueba que se revela nuestra verdadera naturaleza. ¿Elegiremos confiar en las promesas de Dios o sucumbiremos a la duda y el miedo?
Recuerden, queridos amigos, que la batalla por nuestras mentes no la libramos solos. Con el Espíritu Santo como guía y nuestra mente consciente como campo de batalla, tenemos el poder de superar cada obstáculo, cada tentación y cada duda que busque obstaculizar nuestro viaje.
Estemos atentos a guardar nuestra mente, llenándola con la verdad de la Palabra de Dios y entregándonos a la dirección del Espíritu Santo. Que caminemos en fe, humildad y obediencia, sabiendo que Dios está con nosotros en cada paso del camino.
Que la paz de Dios guarde sus corazones y mentes en Cristo Jesús mientras navegan por el campo de batalla de su mente. Mantente fuerte, mantente fiel y que el Señor te bendiga abundantemente en tu viaje. Gracias.
Palabra de hoy: Cuando los israelitas enfrentaron pruebas en el desierto, siguieron fracasando. Se quejaron de los gigantes, de la comida, del liderazgo y de sus inferioridades. Ese grupo nunca llegó a la Tierra Prometida. ¿Qué hubiera pasado si hubieran lidiado con ese espíritu negativo y quejoso? Podrían haber entrado, pero dejaron que esas impurezas los mantuvieran afuera. Dios les dio una oportunidad tras otra para cambiar, pero no los obligaría a hacer lo correcto.
Antes de entrar a tu tierra prometida, habrá tiempos de prueba, tiempos de prueba, en los que tendrás que mostrarle a Dios que harás lo correcto cuando no te apetezca. Mantendrás una buena actitud cuando no sea justo. Te ocuparás de las impurezas que Él saca a la luz. Esas pruebas no están ahí para detenerte; esa es una señal de que Dios te está refinando, preparándote para algo más grande, para las cosas nuevas que Él tiene guardadas. Tienes que hacer tu parte y estar dispuesto a cambiar y hacer ajustes. Dios quiere confiarte más.
Oración para hoy: “Padre, gracias porque mi vida y mi tierra prometida están en tus manos. Gracias por los tiempos de prueba, los tiempos de prueba, cuando no siempre entiendo adónde me llevas o por qué. Confío en que me llevarás a través del desierto hacia algo más grande para mi futuro. En el nombre de Jesús, Amén”.
"Estoy en un viaje a través del desierto de la vida, guiado por la mano del Señor. Cada prueba y tribulación que enfrento es una oportunidad para crecer y reflexionar. Acepto los desafíos que se me presentan, sabiendo que están diseñados para humillarme. y prueba la fuerza de mi fe. El Espíritu Santo es mi compañero constante, susurrando sabiduría y verdad en mi corazón. Mi mente consciente es un campo de batalla donde discierno entre el camino de la rectitud y las tentaciones del mundo que elijo llenar. mi mente con la luz de la Palabra de Dios, protegiendo mis pensamientos contra la duda y el miedo Con la fe como escudo y el Espíritu Santo como guía, camino con confianza por el desierto, sabiendo que la presencia de Dios está conmigo en cada paso del camino. Soy fuerte, soy resiliente y soy digno de las bendiciones que me esperan. Hoy ratifico mi confianza en el Señor y mi compromiso de seguir Su camino con valentía y gracia.
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