Año 1988. Tras no terminar de cuajar en el Torino, Anton "Toni" Polster recala en el Sevilla con el objetivo de recuperar el olfato goleador - promediaba más de un gol por partido- que había exhibido en el Austria de Viena, su equipo de origen.
En la capital hispalense el goleador austriaco pasó una de sus mejores etapas futbolísticas. En su primer año en la ciudad del Nervión marcó 9 goles, pero eso solo fue una muestra de lo que aún faltaba por llegar. En la siguiente temporada, en la 89-90, marcó la friolera de 33 goles en 35 partidos. Lo normal es que con esas cifras hubiera sido Pichichi y Bota de Oro, pero ese año tuvo un competidor insaciable: Hugo Sánchez y sus 38 goles.
A Polster todo le marchaba de fábula en Sevilla, marcaba goles y se había metido en el bolsillo a la afición del Sánchez Pizjuan. Sin embargo, todo cambió una noche de 1991 en que su equipo acudió a Atotxa para enfrentarse a la Real Sociedad. En ese partido Polster anotó el gol que le valió el empate al conjunto hispalense, pero cuando el técnico Vicente Cantatore decidió sustituirle, el delantero vienés reaccionó de manera airada lanzando la camiseta contra el banquillo.
El desplante de Polster a su técnico tuvo una enorme trascendencia y, al finalizar la temporada, la directiva decidió no renovarle y le buscó un sustituto, una joven promesa balcánica que respondía al nombre de Davor Suker. Toni Polster salía por la puerta de atrás.
Pese a no seguir en el Sevilla,la afición hispalense no ha olvidado los 55 goles que el genial delantero austriaco les brindó en las 3 temporadas que defendió su camiseta y todas las veces que Polster ha visitado el Sánchez Pizjuan, ya sea como jugador o como espectador, ha sido recibido como una auténtica leyenda.
Негізгі бет Спорт Toni Polster en el Sevilla. Años 1988-1991
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