Josefa Fernández y Francisco Ríos regentan la tienda más conocida de Cartajima, que lleva abierta 50 años en el mismo lugar y que, poco a poco, ha ido adaptándose a los tiempos siempre ofreciendo un cercano e inmejorable trato a sus clientes.
Josefa y Francisco han explicado que contrajeron matrimonio en 1963 y un año más tarde abrieron la tienda. En los primeros tiempos sólo vendían pan aprovechando que Francisco era molinero, un oficio que en la actualidad prácticamente ha desaparecido. Entonces este comercio, que cuenta con un antiguo horno, se convirtió en la única panadería de Cartajima.
El matrimonio propietario del establecimiento ha tenido tres hijos y ha reconocido haber podido sacar a la familia adelante gracias al trabajo duro y la constancia, tanto en el pequeño negocio como vendiendo pan en los pueblos vecinos de Faraján, Júzcar y Pujerra, a donde se trasladaban a lomos de mulos cuando aún los coches eran prácticamente un artículo de lujo.
Con el paso de los años el matrimonio decidió empezar a ofrecer en la tienda, además de pan, otros productos como tomates de su propia huerta, castañas, uvas, cerezas e incluso carne de matanza de cerdos que realizaban ellos mismos. En la actualidad venden una gran variedad de artículos en consonancia con lo que se ofrece en otras tiendas.
Los propietarios han recordado que en este medio siglo han colaborado en todo momento con los vecinos de Cartajima que les han demandado ayuda al pasar por una mala situación económica por ejemplo, dando leña para que las personas que la necesitaban pudieran calentarse en sus domicilios, secando la ropa mojada en el horno e incluso, en Nochebuena, asaban pimientos, pollos y cochinillos que ofrecían gratuitamente a sus vecinos.
En la actualidad tanto Josefa como Francisco están jubilados, aunque han decidido mantener su histórico comercio abierto contratando a una persona que atiende a los clientes. Los propietarios han reconocido que hace algunas décadas se vendía bastante más que hoy en día, ya que antes vivía un mayor número de personas en el municipio y “no existían tantos supermercados, coches ni vendedores ambulantes como ahora”.
Por último, los dueños de la tienda “de toda la vida” de Cartajima han querido agradecer a todos los vecinos del pueblo la confianza que han depositado en este pequeño negocio durante 50 años, sin la que hubiese sido imposible haber logrado mantenerlo abierto tanto tiempo.
Негізгі бет UNA TIENDA “DE TODA LA VIDA” EN CARTAJIMA
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