Aunque el régimen mantenga la apariencia de control, si el “ruido de fondo” crece lo suficiente, podría haber un punto de inflexión donde la población se movilice de nuevo, quizás de manera más explosiva. Alternativamente, si la resignación se consolida, el régimen podría terminar en una victoria pírrica, donde ha ganado el poder, pero el país ha quedado destruido a nivel económico y social.
Aunque no haya manifestaciones visibles en las calles, existe una rabia subterránea que puede desbordarse en cualquier momento. Esta es una estrategia de "esperar el momento adecuado" para actuar, lo que puede interpretarse como un juego de desgaste.
El régimen no puede garantizar su estabilidad perpetua mientras la población mantenga su resistencia.
La resignación sería el final del país, sugiriendo que si la población acepta pasivamente el régimen, el juego habrá terminado con una victoria total para Maduro. Sin embargo, si la población mantiene la resistencia, incluso de manera silenciosa, mantiene la incertidumbre para el régimen. Esta incertidumbre es lo que previene que el régimen se consolide completamente.
El caos en Venezuela ha adquirido “autonomía de vuelo”, lo que implica que ninguna de las partes -oficialismo y fuerzas democraticas - tiene control total sobre los eventos futuros. Esto introduce un nivel de *incertidumbre estratégica* que podría desestabilizar a ambos bandos en cualquier momento, ya que los actores no pueden predecir cuándo o cómo estallará la siguiente fase del conflicto.
Негізгі бет ¿Y ahora qué? Maduro, Diosdado, Edmundo, MCM analiza Antonio con Carla Angola TVV 09.16.24
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