Letra: El hombre moribundo no podría tener pareja, no se fía ni del harem de moscas que le cortejan... Pero un día, una puso rumbo a detrás de su oreja, y zumbó: no te encariñes ni del mundo, por si te deja... La pobre no cayó en que el hombre ya era tan incrédulo, que no se fiaba ni de lo que desconfiaba, y ante esa prohibición actuó como un péndulo, acabó yendo en la dirección contraria a la que lo empujaban. Pensó: "¿Y si mi negatividad es inherente a ser consciente? Pues ¿no son negativas las cargas que crean mi mente? ¿Y si de la misma fuente que brota ese pesimismo, así mismo, brotan las herramientas para hacerle frente? Que no sé si es producto de la suerte, o broma de mal gusto, el ser más inteligentes que el resto, el punto justo como para ser conscientes de la muerte, pero no lo suficiente para hacer algo al respecto". He estado tan cagado ante la idea del final, que he ocultado su fachada construyendo con ideas un muro mal acabado, hecho con tal precariedad, que ante cualquier viento de realidad se me tambalea. Cada síntoma golpea ese refugio de tranquilidad, y se comporta como el anuncio de algo inminente, pero voy a hacer ingeniería mental hasta que invente, el jodido artilugio que me libre del miedo a la muerte... Incluso le pregunté a mi instinto de supervivencia: ¿Por qué si está todo perdido ya no cesas por clemencia? "El objetivo no es tu bienestar, es tu reproducción", dijo. "Y morir en paz nunca le dio a nadie más descendencia". Y me hizo gracia la ironía, al final resulta que el mundo gira por conveniencia, y los genes son como algunos hijos, riges por ellos tu vida, y ellos solo miran porque repartas tu herencia. Ahora entiendo tus creencias, como ungüento al sufrimiento innecesario: Si hasta yo tomo analgésicos cuando algo me hace daño. No niego el poder terapéutico del engaño, pero no existe un fármaco sin efectos secundarios. Así que pienso ante un problema de peso, y eso me calma. Las ideas son poleas para llevar esas cargas: "Tú coges una emoción y la abres hasta las entrañas, pero no puedes diseccionar las cosas sin matarlas". "Tienes que dejar de dividir el tiempo en fases, y empezar a hacerlo en flashes que abarquen solo un momento..." Pero es la suma de las palabras lo que hace las frases, lo que haces al separarlas es sacarlas de contexto. ¿Qué sentido tiene la virtud sin el defecto? ¿Qué sentido tiene la causa sin el efecto? Sin comparaciones, todo concepto se vuelve errático; un objeto estático representando un movimiento. Como el código fuente abierto se deja programar, y entre todos acaban por socavar sus puntos débiles. La mente del que se abre al resto siempre engloba más, en cambio, las ideas endógamas son estériles... El tiempo no se escapa, nosotros huimos, porque desde que nacimos nos volvimos delincuentes, al violar la ley que precondena a todo ser viviente: "Todo sistema tiende a un desorden creciente". Y traté de cargarme de sentimientos, de descargarme de resentimientos. Con mis padres, con mi hermana, (con mi hermano,) con mis perros, mi familia, mis amigos. Pero un día leí... que para los fotones no pasa el tiempo, y traté de convertirme en un hombre de masa cero... Y ahora, cada vez que me abrazas recuerdo que tengo cuerpo, pues lo único que me pesa es la amenaza de perderos. Me dicen: "Fernando, no desperdicies tu talento". Pero nunca he sabido seguir por el camino recto. Porque si veo la meta a lo lejos me desconcentro, prefiero el camino con curvas aunque sea más lento. Si soy tan obsesivo con que todo esté perfecto, y si de cada cosa que escribo dudo al respecto, es porque nunca tuve huevos a dar lo que siento crudo, ni a mostrarlo desnudo por el pudor a sus defectos. Veo dos personas diferentes al mirarme, curiosamente las dos gritan "¡admiradme!", son la inseguridad y el ego jugando a despedazarme, como dos carroñeros tirando de un trozo de carne. La vida escribió esto con tan sólo cuatro letras; en cierto sentido un ser vivo es tan sólo una historia: Tratamos de darnos a conocer porque intuimos que existimos, mientras alguien nos mantenga en su memoria. De ahí mi obra; solo estoy avivando una hoguera, para dejarle a los míos en mi recuerdo algo grato, sé de sobra que se acabará apagando cuando muera, pero al menos confío en que les dará calor un rato. Yo que trataba de tener agallas y ser fuerte, poniéndole trabas y murallas a la muerte, entendí que el tiempo te destruye siempre; es la única batalla que pierdes incluso si huye el oponente. Así que antes de que se escape el tiempo, nosotros huimos, porque desde que nacimos nos hicimos delincuentes al violar la ley que precondena a todo ser viviente: "Todo sistema tiende a un desorden creciente". Y traté de cargarme de sentimientos, de descargarme de resentimientos. Con mis padres, con mi hermana, con mis perros, mi familia, mis amigos. Pero un día leí... que para los fotones no pasa el tiempo y traté de convertirme en un hombre de masa cero... y ahora cada vez que me abrazas recuerdo que tengo cuerpo, pues lo único que me pesa es la amenaza de perderos.
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